Dostoievsky en Los Hermanos Karamazov

Leí a Dostoievsky hace ya un buen tiempo. Entre las cosas que leí estaban por supuesto sus grandes obras: "Los Hermanos Karamazov", "Crimen y Castigo", "El jugador", que hay quienes dicen, y he llegado a creerlo, que tiene bastante de autobiográfico, pues Fedor era un jugador empedernido; y algunos cuentos y relatos, entre los que debo decir que me impresionó sobremanera "El Ladrón Honrado", que recomiendo a quien tenga oportunidad de conseguirlo, que lo lea. En este cuento se muestra un Dostoievsky muy distinto: Emocional, tierno, quierible.

Traigo a este autor a cuento porque estoy analizando, en un taller, su obra más extensa, más intensa, y la considerada su pieza maestra, aun cuando no sé si pierde la disputa con "Crimen y Castigo". Me refiero a "Los hermanos Karamazov". En este contexto, me he puesto, además que en el punto de vista del lector, en la posición del crítico, del analista, y del buscador.

Será necesario, decir, para comenzar, que Dostoievsky es el tipo de autor que a mi, me produce admiración, pues no es un escritor de "musas". No es el autor que un buen día amanece inspirado y se lanza a escribir una novela como quien emprende una aventura. Sea o no cierto, desde un comienzo él mismo lo hace ver en el primer párrafo de la obra: El suceso relatado ocurrió hace ya treinta años. Si es un relato sobre un caso verídico, lo meditó treinta años, al menos, antes de escribirlo, y si no lo es, la posición temporal indica la disposición a la meditación, que se podrá ver en el relato, en muchos episodios, en que el autor se adelanta a la acción, denotando que ya la tiene planificada. Así pues, claramente, Dostoievsky ordena su relato completo, antes de lanzarse al papel, y éso es admirable.

Me pregunto, y parecerá una pregunta tonta, vista desde nuestro punto de vista, a más de ciento veinte años de su muerte: ¿Sabía Dostoievsky que él era Dostoievsky?. Siendo un planificador, y sabiendo que ésta fue su última obra: ¿La escribió con el plan de llegar a ser Dostoievsky?. He encontrado gente que asegura que sí. Dicen que Dostoievsky, desde que comenzó "Los hermanos Karamazov" lo hizo con la conciencia de que sería su obra maestra, y con ese interés. Como sea, esta pregunta, y su respuesta podrían parecer inútiles, y no agregar ni quitar nada; sin embargo, no lo creo así. Hacer una gran obra, requiere plantearse la universalidad, no sólo como gran autor, con un tratamiento superior de un tema cualquiera, sino al revés, escoger un gran tema arquetípico, que sea capaz de sostenerse por sí solo, pero que llega a ser magnífico con el esmero del autor. Es así que, pienso, Dostoievsky elige, ya desde sus obras anteriores, como en "Crimen y Castigo", temas universales. En esta última está presente la valoración del bien y el mal cuando no existe Dios, y por tanto es tan lícito el bien como el mal, en función de la reivindicación de otros valores necesarios. Este mismo tema también está incrustado en "Los hermanos Karamazov", cuyo tema central y universal es el desarrollo y decadencia de la sociedad rusa y como ella, todas las sociedades, a través del impulso de sus fuerzas actuantes. El análisis lo aborda a través de la historia del parricidio de Fiodor Pavlovich, que representa las generaciones vivas de la Rusia de su época: El padre y el hijo enfrentados son tan decadentes uno como el otro. Fiodor Pavlovich representa las clases dominantes, que manejan el poder y el dinero, mientras Mitia representa las clases medias emergentes y sometidas, a las que la oligarquía dominante resta sus posibilidades, que el otro considera que le pertenecen. Sin embargo, en este esquema, Dostoievsky es escéptico, ve que las aspiraciones de las clases medias apuntan a apropiarse de los privilegios de la oligarquía, para construir una nueva, tan disipada y decadente como la otra. Así pues, la lucha es intestina. Por eso se afinca sobre la imagen de la lucha familiar, entre el padre y los hijos. El dinero se representa a sí mismo, como medio de sustentación del poder, lo mismo que los bienes, mientras que el estatus social, la forma de vida, el poder adquirido por el dinero, o la capacidad personal, todo aquello que se ata a la ambición, está puesto en Agrafena, la mujer joven y hermosa. Esta imagen es bastante arquetípica del éxito social (El hombre de gran éxito anda con las mejores mujeres, las más bellas y deseables). El afán de conquistar el éxito que tiene el padre clase dominante, lo enfrenta al hijo clase sometida, hasta el punto de, éste último, desear su muerte.

Éste es el centro esencial del conflicto, atado a sus imágenes. Dentro de las clases que de uno u otro modo se reparten cuotas de poder, que se representan en la familia Karamazov, están los intelectuales, los ideólogos los que impulsan las renovaciones, pero que no actúan nunca, sino sólo esparcen la semilla de la revuelta. Este estrato social lo lleva Ivan, que a su vez, casi inconscientemente contamina y hace actuar a los verdaderos desposeídos, a los Smerdiakov, que hacen suyas las ideas revolucionarias y novedosas, que cree lo reivindicarán, y usando la fuerza moral que cree le otorgan las nuevas ideologías, silenciosamente, astutamente, se vuelve contra su opresor o protector, según cómo y quién lo vea, y ejecuta la acción que jamás habría llegado a ejecutar ninguno de los hermanos que de una u otra forma participan del poder. Después, los ejecutantes, el pueblo, el abusado, se ve abandonado de los intelectuales, que se mueven entre la culpa y el delirio, entre la duda y la realidad. Con esta actitud, el ideólogo, que de una u otra forma comparte cuotas de poder, en el momento del desastre, abandona a las clases desposeídas, y se vuelca en busca de sus disculpas y las de los de su propia clase. Así Ivan duda de sus culpas intelectuales, y niega a Smerdiakov que él le haya incentivado a matar a Fiodor, buscando su justificación personal, y la de Mitia.

En los momentos de mayor gravedad de los conflictos sociales, la reserva moral de la sociedad, siempre se cree que se guarda en las religiones y sus santos personeros. Alioscha es el segmento de la sociedad religioso, observante, que ve la vida personal y social como atada a los valores religiosos, y lleva a esta sociedad en conflicto, a buscar solución a la iglesia y al santo poder moral de ella, representada por el starets Zósimo. Por supuesto, el fracaso es total, y Fiodor clase dominante, propietario del poder, hace el ridículo, mientras la otra parte del conflicto ni siquiera llega a tiempo a la reunión. Finalmente vemos la inutilidad que percibe Dostoievsky en la iglesia y la religión como reserva moral, cuando de por medio están los intereses y repartos de riqueza, éxito, y poder. Incluso el éxito Agrafena, solicita a Rakitin su ayuda para corromper al hombre probo y religioso, y le paga cuarenta y cinco rublos para que le entregue a Alioscha en sotana de monje. Es el éxito que no deja de coquetear con nadie.

Obsérvese también al pueblo sometido y pasivo, que está de parte de lo establecido y vive de esa inercia, en Grigori. Él es el sirviente que rescata y cría a la clase media Dimitri, que sin su concurso Fiodor habría abandonado. Cuando el defensor Fetiukovich lo ridiculiza, y desvirtúa su testimonio, dejándolo como un idiota, el sólo responde: "Tengo la costumbre de obedecer, y cuando las autoridades se complacen en burlarse de mí, he de soportarlo".

El pueblo emprende las revueltas, y paga, silenciosamente las consecuencias, con sus propias acciones. Ésta es la representación del suicidio social de toda revolución, que finalmente favorece a ciertas elites que se hacen dueñas del poder ganado. Smerdiakov entrega los tres mil rublos a Ivan y se suicida, después de matar al poderoso. Además de todo ello, produce el desastre final, y el colapso de la sociedad. La clase media, emergente, envidiosa del éxito y sometida por la clase alta cataliza el desastre, junto a la intelectualidad ideológica, y termina pagando el precio de su error y el resultado final es el colapso social.

"Los hermanos Karamazov" es una advertencia a las revueltas sociales que nacen de las fuerzas en conflicto que no mantienen escapes, y acumulan tensiones que finalmente se hacen inmanejables. Es, muy probablemente, un examen agudo a la situación prerrevolucionaria Rusa, a la luz del nacimiento de graves conflictos sociales sin solución. Dostoievsky no cree en los intelectuales que solucionan la sociedad sentados en su escritorio, y los denuncia aquí. Tampoco cree en la reserva moral que suponen las iglesias, ni que sus dogmas ni hombres santos sirvan de nada. Más aun, duda de sus santidades, lo que expone a la muerte del starets Zósimo, con el olor deletéreo. Esta manera de ver la sociedad, y de advertir contra la posible revolución, que comienza a cernirse, le ha valido el calificativo de reaccionario de parte de muchos intelectuales de izquierda, desde entonces y hasta ahora.

Lo expuesto es la historia y su trasfondo. Pero Dostoievsky es más, y también menos, que el gran autor de la gran obra maestra. Es un narrador talentoso, planificador, y muchas veces de mal comportamiento. Acometo ahora, el análisis del narrador de la novela, intentando ser breve. No insistiré más en el narrador planificador e inteligente, pues es obvio para quien lea su obra. No sólo no va a tientas, sino a veces incluso se anuncia, en beneficio de la trama, y para advertir al lector que no divaga, sino que está estableciendo un enlace con sucesos y elementos posteriores, importantes, de la trama. En esta novela, el narra en tercera persona, y se establece como autor narrador presente. Establece, para que no haya dudas, este hecho en la primera frase de la novela: "Alexey Fiodorovich Karamazov era el tercer hijo de un hacendado propietario de «nuestro» distrito". Luego, cuando establece que los hechos ocurrieron hace treinta años, y también en el prólogo del autor, queda claro que él mismo es el narrador.

Siendo así, y estableciéndose como hechos acaecidos y biográficos, los relatados, llama la atención su frecuente comportamiento, en la narración, como narrador omnisciente. Incluso el aparece en medio de la reunión privada de Ivan con Smerdiakov, o en la incursión en el patio de Fiodor Pavlovich, previa al supuesto crimen, de su hijo Dimitri. Él sabe que piensa y siente en esa instancia Mitia, lo que es una mala conducta narrativa. Estas faltas las supera el autor gracias a su talento dramático, al interés y la admiración que va provocando en su lector. Sólo parecen saltar cuando se analiza detenidamente la estructura de la novela, e incluso cuando se lo descubre, ya se está dispuesto a perdonar la mala conducta, y a justificarla en beneficio de la solución narrativa y dramática.

Ne sé si quienes lean la novela puedan extraer una idea clara del protagonismo. Me he esforzado, siguiendo las palabras del autor, al comienzo de la novela y en su propio prólogo; en que Dostoievsky confiesa que su héroe es Alioscha: Alexey Fiodorovich Karamazov; en hacerme esa idea, y de buscarlo como el gran protagonista, pero debo decir que honestamente no lo logro. En ésto, pienso que el protagonismo está compartido por todos los Karamazov, aun cuando en términos de heroísmo, o rescate como fuerza moral, habrá que destacar que es mejor modelo Alioscha que los otros protagonistas, sin embargo, es tal vez más atractivo como personaje Ivan, y más potente como generador de la historia Dimitri, o también Agrafena, que resulta ser el pivote en torno a la cual todo gira. Lo curioso, es el sentido de esta última, que es tratada casi como un objeto necesario para los sucesos. ¿Será debido al machismo natural de la época?, ¿Será debido al rol que se quiere que desempeñe?, tengo dudas en ésto. Intentando solucionarlas, he seguido a las otras mujeres, que tienen cierta preponderancia: Katerin, la señora Koklakova, en fin. Todas están muy bien delineadas en su papel de mujeres, y todas, salvo Agrafena, conservan un digno segundo plano. Sólo Gruchenka se destaca pero en este papel casi sólo de reflejo del éxito, casi sólo de objeto.

Kepa Uriberri